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En el panorama económico de México, el estado de Chihuahua se erige como un coloso indiscutible. Con una participación del 13.6% en el total nacional de exportaciones, este territorio no solo se mantiene como un líder fundamental, sino que consolida al norte del país como el motor comercial de la nación. Junto con Coahuila, Nuevo León, Baja California y Guanajuato, los cinco estados concentran más de la mitad (52.5%) de todas las ventas al exterior del país.
El Perfil del Estado Grande
Conocido como «El Estado Grande», Chihuahua posee una extensión territorial de 245,000 km², una vastedad que equivale a casi la mitad de España. Esta entidad fronteriza, que colinda al norte con Texas y Nuevo México, está conformada por 67 municipios y albergaba para 2020 a 3,741,869 habitantes, concentrados principalmente en Ciudad Juárez (1,512,459) y la capital estatal, Chihuahua (925,762).
Su geografía, enclavada entre la Sierra Madre Occidental y el desierto de Samalayuca, dicta un clima de extremos: veranos con calor intenso e inviernos con frío gélido. Este entorno seco y semiáseco, que domina gran parte de su territorio, ha moldeado no solo su paisaje, sino también su cultura y su economía.
Una Riqueza Histórica y Cultural
Fundada en 1709 como San Felipe El Real de Chihuahua, la capital surgió como un centro minero con población mayoritariamente española. Con el tiempo, su economía se diversificó con la introducción de imprentas, Casas de Estudios y Casas de Moneda, sentando las bases para el desarrollo de la agricultura y la ganadería.
Chihuahua es también cuna de importantes etnias indígenas, como los rarámuris o tarahumaras, guardianes de tradiciones ancestrales. Un capítulo único en su demografía lo escribió la llegada de la sociedad menonita, de origen germano, que se asentó en la región de Cuauhtémoc. Expertos en agricultura y ganadería, son famosos por la fabricación de los renombrados quesos menonitas, un sello distintivo del estado.
Gastronomía: Un Sabor Único en el Mundo
La naturaleza y la cultura convergen en la gastronomía chihuahuense. La herencia menonita se refleja en el empleo de diversos tipos de queso y productos de trigo, mientras que el clima extremo y la escasez de agua histórica fomentaron el consumo y la producción de carne seca, frutas deshidratadas y en conserva.
La manzana es un producto fundamental, con valles dedicados a su cultivo, al igual que la nuez pecana. Destacan el queso Chihuahua (o menonita) y el queso asadero, ideal para fundir en tortillas de maíz. Para beber, el tesgüino y el sotol, destilado característico del agave de la región, ofrecen un sabor auténtico del desierto.
La Industria de la Transformación: El Motor Económico
La privilegiada ubicación geográfica de Chihuahua lo destinó a ser un hub de la industria de transformación. El punto de inflexión llegó en 1966 con el nacimiento del primer parque industrial en Ciudad Juárez. La primera maquiladora establecida en el país, dedicada al ensamblaje de televisores, marcó el inicio de una rápida expansión industrial a lo largo de la frontera.
Hoy, el estado es un centro diversificado con industrias textiles, de autopartes, plásticos y componentes eléctricos, entre otras. Si bien el subsector electrónico registró una contracción del -12.3% en el último año, la base industrial de Chihuahua sigue siendo robusta y diversa.
Chihuahua es mucho más que un líder en exportaciones. Es un estado de contrastes, donde la tradición y la modernidad coexisten. Desde sus áridos desiertos hasta sus fértiles valles, desde sus antiguas culturas indígenas hasta sus dinámicos parques industriales, «El Estado Grande» demuestra ser un pilar de la economía mexicana, cuya producción, fabricación y carácter único continúan dejando una huella imborrable en el país y en el mundo.